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Estatua broncínea
de San Pedro

La estatua de bronce de San Pedro bendiciente es, casi seguramente, obra
de Arnolfo di Cambio, artista del siglo XIII. Los fieles de todo el mundo, en
señal de devoción, suelen acariciar y besar los pies de la estatua, por lo que
su pie derecho se encuentra casi completamente desgastado. En el transepto
se halla la entrada al Tesoro de San Pedro (Museo Histórico Artístico).
Entre las piezas que aquí se albergan hay que destacar: el Ciborio de
Donatello, obra de 1432; el Monumento a Sixto IV de bronce, obra maestra
de Antonio Benci, conocido como Pollaiolo, firmado y datado 1493; el modelo
del Ángel de Bernini en creta, de 1673; el Sarcófago de Junio Basso, cónsul
cristiano del siglo IV.
Desde el transepto se accede también a las Sagradas Grutas Vaticanas
donde, alrededor de la tumba de San Pedro, descansan en paz 149 pontífices.
La admirable estatua de la Piedad fue esculpida por un Miguel Ángel de 23
años, en no más de doce meses. La contemplación de esta obra maestra nos
recuerda la frase que, se dice, Miguel Ángel pronunciara: “Esculpir es fácil,
la estatua ya está en el bloque de mármol, el artista sólo debe quitar lo que
sobra con el cincel y el martillo”.
La obra suscitó admiración, pero, en ese tiempo, nadie aún le conocía como
artista. Por eso mismo Miguel Ángel la firmó (es su sola obra firmada). Su
nombre en letras mayúsculas y el nombre de su querida ciudad pueden leerse
(con un buen catalejo) sobre la cinta que cruza el pecho de la Virgen:
MICHAEL ANGELUS BONAROTUS FLORENT FACIEBAT (Miguel Ángel
Buonarroti florentino lo hizo).
El rostro dulce de la madre del Redentor se muestra muy joven, casi como
para lucir su virginidad. Otra suposición justificaría ulteriormente una cara tan
joven y tierna: recordemos que Miguel Ángel había perdido a su madre cuando

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